Prof. Dr. Dante Petruccelli Romero

•    A) Contexto Histórico Internacional

Diversas razones pueden explicar que los médicos formen asociaciones científicas, dedicadas al estudio de una determinada disciplina, con el fin de contribuir a su progreso, divulgación y mejor aplicación. Para ello, es esencial que dicha disciplina adquiera una relevancia cuantitativa y, sobre todo, cualitativa, que justifique un perfil propio. Así se produjo el nacimiento y desarrollo de las distintas especialidades que, a lo largo de las décadas, se han ido separando del tronco madre de la Medicina y de la Cirugía generales.

En el campo de la Nefrología, definida como “la especialidad dedicada al estudio de las enfermedades médicas del aparato urinario”, muchos trabajos clínicos y de investigación, insinuaron su perfil, ya desde el siglo XIX, entre los que cabe destacar los de Richard Bright (Londres) a propósito de nefritis y nefrosis. Sin embargo, es recién en las décadas de los años 40 y 50 del siglo XX, que se alcanzan los niveles cuantitativos y cualitativos referidos, y la Nefrología adquiere una destacada presencia en el quehacer médico, evolucionando hacia su autonomía.

En la primera mitad de los años 40 (1942 – 1943), Wilhem Kolff (1911) utilizó, por primera vez con éxito en seres humanos, un aparato para hemodiálisis extracorpórea, en el tratamiento de pacientes con insuficiencia renal aguda (IRA), en el Hospital de Kampen (Holanda). Esto ocurrió durante la 2ª Guerra Mundial, estando Holanda ocupada por los ejércitos nazis. En los años siguientes, la técnica se fue perfeccionando, y se usó extensivamente en la guerra de Corea. El tratamiento de la IRA, fue uno de los ejes del desarrollo de las unidades de cuidados intensivos, en la década de los 50. En los años 60, con el logro de un acceso permanente al sistema vascular (arteria – vena), con las cánulas de silastic – teflón, de Quinton, Dillard y Scribner (1960) y, luego, con la fístula A-V de Brescia y Cimino (1966), se hicieron los primeros intentos de tratamiento de la insuficiencia renal crónica total (IRCT), por hemodiálisis periódica – HDP – (1960; Belding Scribner – Seattle – EEUU). Al mismo tiempo, se fue extendiendo el uso de la diálisis peritoneal, al mejorarse la calidad de los catéteres.
El primer lustro de los 50, trajo los primeros trasplantes renales (de madre a hijo – Jean Hamburger y colaboradores – París 24 de diciembre 1952, y entre gemelos univitelinos, J. P. Merrill y colaboradores – Boston 1954). La técnica se comenzó luego a usar, con éxito diverso en otros países.

Paralelamente a estos espectaculares avances terapéuticos, y en parte promovidos por ellos, otros conocimientos sobre fisiología, fisiopatología y patología renal, adquirieron destaque en los 50, así como sobre inmunología e histocompatibilidad; en esta última disciplina, se destacan los trabajos de Jean Dausset (París), que motivaron, años después, que obtuviera el premio Nobel de Medicina. El desarrollo de la técnica de punción biópsica renal transcutánea (PBR), ideada y utilizada por primera vez por el médico cubano Pérez – Ara, (hecho que se suele ignorar en la bibliografía) fue otro aporte fundamental.

De este modo, en los 60, la Nefrología ya aparecía como una de las más importantes especialidades médicas y el Centro de Nefrología del Hospital Necker, dirigido por el Prof. Jean Hamburger, lideraba su desarrollo a nivel mundial. Hamburger impulsó la creación de la Sociedad Internacional de Nefrología, oficializando así el nombre de la especialidad; en Evian – Francia, se realizó el 1er Congreso Internacional (1960). En agosto – setiembre de 1960 se fundó la Sociedad Argentina de Nefrología.
B) Contexto Histórico Nacional
Estos acontecimientos repercutieron en todo el mundo y también en nuestro país, que, en la década de los 50, estaba en un excelente nivel económico, cultural y científico.

Toda referencia histórica a la Nefrología uruguaya, lleva a mencionar a la personalidad más destacada en sus inicios, el Prof. Dr. Héctor Franchi Padé (1904 – 1963), relevante hombre de ciencia y de la docencia en Clínica Médica, que desarrolló en Uruguay las bases de la especialidad, con tres aportes de gran valor:
1) su libro, “Enfermedades Médicas de los Riñones”, Ed. Sindicato Médico del Uruguay, 1942;

2) su técnica de exploración funcional renal (“multinstantánea funcional renal”) y,

3) su esfuerzo por equipar al Hospital Universitario (Hospital de Clínicas), con un aparato para hemodiálisis extracorpórea.
Precisamente, con ese aparato (Kolff – Merrill, “rotating drum artificial kidney”), en los años 57 y 58, el Prof. Dr. Adrián Fernández (1923 – 1996) (#), comenzó a utilizar la hemodiálisis, en el tratamiento de la IRA. Luego de ensayar con animales, la primera hemodiálisis terapéutica se realizó en enero de 1958, en una paciente de 21 años, en IRA postaborto.
Al mismo tiempo, el Prof. A. Fernández, puso en marcha la técnica de diálisis peritoneal, ayudado por el Dr. Escipión Oliveira; un grupo pequeño de médicos, nos fuimos formando al lado del Prof. Fernández, docente de Clínica Médica, quien, mas tarde (c. 1964) continuó como docente a tiempo completo en Fisiopatología, abandonando su trabajo en diálisis.

# El Dr. A. Fernández, adquirió estos conocimientos en el servicio del Prof. Hamburger, gracias a becas de la Universidad de la República y de la Embajada de Francia en Uruguay; en los años siguientes y hasta el presente, muchos nefrólogos uruguayos han concurrido al Hospital Necker de París, con el apoyo de la Embajada francesa en Uruguay. Publicó su experiencia en un pequeño libro “Tratamiento de la Insuficiencia Renal Aguda. El Riñón Artificial”. Facultad de Medicina-Montevideo 1962.

En 1966, utilizando accesos vasculares de silastic – teflón (Quinton – Scribner), comenzamos a tratar pacientes con insuficiencia renal crónica total (IRCT); aunque la tecnología disponible, no permitía mantener el tratamiento mas allá de algunos meses, ello hizo posible que el equipo (médicos y enfermeras), adquiriera experiencia.

En 1969 se realizaron 2 trasplantes renales con dador cadavérico, con pobres resultados y, luego, 2 trasplantes con dador vivo (1974 y 1976) con buenos resultados. Todos ellos, fueron hechos, por el equipo dirigido por el, ahora, Prof. Em. Dr. Uruguay Larre Borges, (también becario en París), con la participación de los Dres. L. A. Cazabán, los urólogos Jorge Pereyra Bonasso y Luis Bonavita, de la

Clínica del Prof. Julio Viola Peluffo, y el apoyo médico – nefrológico de nuestro grupo, en el cual debo destacar el papel jugado por el Prof. Luis A. Campalans y por las EU Juana Bequio y Laura Hernández. La falta de recursos económicos era entonces, el principal obstáculo. Corresponde destacar que estos trasplantes, fueron precedidos por varios años de trabajos experimentales en perros, realizados por el Prof. A. Fernández (Cátedra de Fisiopatología), el Prof. Uruguay Larre Borges (Departamento de Cirugía) y el Prof. Pereyra Bonasso (en Santiago de Chile y en el Departamento de Cirugía), con el fuerte apoyo del Prof. Frank Hughes.

En esos años, además, y no menos importante, hubo un fuerte desarrollo de la investigación en histopatología renal, gracias al uso frecuente de la PBR en las distintas clínicas médicas de la Facultad de Medicina; cabe citar un excelente trabajo cooperativo sobre la nefropatía diabética, (Acosta – Ferreira, Bouton, Sánchez y otros). Destacamosel trabajo sobre síndrome de Alport: Familial hereditary nephropathy (Alport`s síndrome) publicado en Am J of Med (1970 Dec;49(6): 753-73) por Purriel P., Drets M y colaboradores. Constituyó un aporte muy importante, reconocido internacionalmente.

La década del 70, a pesar de los graves problemas políticos que vivía el país, fue muy rica en acontecimientos favorables, siendo de destacar la promulgación de dos leyes muy importantes: a) La ley 14055 (17/8/71), reglamentada en 1977, solucionó el problema legal de los trasplantes y creó el Banco Nacional de Órganos y Tejidos, con su Laboratorio de Histocompatibilidad; b) La ley 14897 (actual ley Nro16343), creó el Fondo Nacional de Recursos (F.N.R. – año 1979); fue reglamentada en 1980, y generó la base económica y administrativa, que hizo posible el tratamiento con HDP, diálisis peritoneal (DPCA) y trasplante renal, de la IRCT a nivel nacional.

Paralelamente, un grupo de pediatras, liderados al comienzo por el Dr. Salomón Fabius y, luego, por el Prof. José Grünberg, fue definiendo con nitidez el área de la Nefrología Pediátrica, fuertemente vinculada, en estas etapas iniciales (y aún hoy), a la nefrología de adultos.
En 1974, en los comienzos del gobierno militar de facto, las autoridades interventoras de la Facultad de Medicina, decidieron la creación del Centro de Nefrología, dándole categoría de Departamento y funciones docentes específicas, a una unidad de trabajo que, desde 1960 por lo menos, funcionaba en forma aislada e inorgánica. Luego, en acuerdo con la Escuela de Graduados de la Facultad de Medicina, se creó la Especialidad, y se definieron los cursos de postgrado, que se iniciaron formalmente en 1979.
C) Proceso Fundacional

A nivel regional, se fueron creando, varias sociedades de nefrología. En Uruguay, los pocos médicos que trabajábamos, de modo honorario, en estas técnicas, recibimos un fuerte apoyo de parte de la Sociedad de Urología, presidida entonces por el Prof. Frank Hughes, quien propuso crear la Sociedad de Urología y Nefrología, cosa que se concretó en el año 1967; este fue un gran estímulo para nuestro, entonces, pequeño grupo de “nefrófilos”. La Sociedad de Urología, formaba parte de la Sociedad Panamericana de Urología y la actividad internacional era intensa.
En la vecina orilla, el Prof. Víctor R. Miatello (Buenos Aires – Argentina) inició en Córdoba, en 1970, negociaciones dirigidas a crear la Sociedad Latinoamericana de Nefrología (SLAN), cosa que ocurrió en Méjico, en 1972; allí se realizó el 1er Congreso Latinoamericano de la especialidad.

En el Congreso Panamericano de Urología, realizado en Punta del Este (1965), presidido por el Prof. F. Hughes, nos vinculamos a nefrólogos argentinos, en especial de Buenos Aires, y esta vinculación fue muy importante, porque recibimos de ellos, así como también de nefrólogos de otras ciudades argentinas, un generosoapoyo, que fue fundamental para el desarrollo de nuestra nefrología; cabe destacar, entre otros, al Dr. Jorge E. Rodo, del Instituto de Ciencias Médicas de Buenos Aires (Hospital Tornú) y a los Dres. Hernán Herrero y José Petrolito, del Hospital Italiano de Buenos Aires. Con el paso de los años, otros colegas argentinos establecieron fuertes vinculaciones científicas y de amistad con los nefrólogos uruguayos; con todos ellos compartimos jornadas de trabajo en Argentina y Uruguay, que fueron esenciales para el progreso de nuestra nefrología. Los vínculos con los nefrólogos brasileños y sus instituciones, prácticamente inexistente en esos años, comenzaron en el Congreso Brasileño de Nefrología de 1978 (Río de Janeiro) y, a partir de ahí, se fueron haciendo mas fuertes, sobre todo en el área de Trasplantes; destacamos, al Prof. Emil Sabbaga, de San Pablo y al Prof. C. A. de Aguiar, de Río de Janeiro.

En 1968, gracias al apoyo de los Dres. H. Herrero y J. Petrolito, logramos la visita del Dr. W. Kolff, quien estuvo 3 días en Montevideo, dictando conferencias y trabajando con nuestro grupo, lo cual fue un estímulo muy importante. En 1969, con los Dres. J. Pereyra Bonasso y L. Rodríguez Juanicó, visitamos en París al Prof. Dausset * logrando su apoyo a nuestros incipientes esfuerzos en el área de trasplantes.
Para fines de los 70 y principios de los 80, existían ya cursos de postgrado y comenzaban a recibir los títulos los primeros nefrólogos. La creación del Fondo Nacional de Recursos (FNR) generaba importantes problemas, planteando, al mismo tiempo, facilidades y obligaciones asistenciales. Se hizo evidente, la necesidad de que los nefrólogos uruguayos formaran una asociación que los representara con autonomía, en lo científico, a nivel nacional e internacional, pero además, que fuera un interlocutor válido en los problemas organizativos, de un proceso que se iniciaba con gran fuerza en el marco de la ley 14897, la cual hacía posible el tratamiento de la IRCT con diálisis crónica y con trasplantes, y exigía la creación de centros de diálisis en todo el país, dependientes, en lo económico sobre todo, del F.N.R. Esto implicaba la toma de decisiones políticas en cuanto al desarrollo del sistema, las condiciones laborales, los aspectos económicos, las condiciones de ingreso a los tratamientos y otros problemas emergentes.
El 16 de Enero de 1981, para discutir estos problemas, invité a una reunión de nefrólogos, que tuvo lugar en el Instituto de Nefrología y Urología (INU) entidad privada que fundamos, en 1977, un grupo de nefrólogos y urólogos. En dicha reunión propuse, según consta en un documento de la fecha, que la Seccional Nefrológica de la Sociedad Uruguaya de Urología y Nefrología, asumiera esa representatividad, y se formó una Comisión Ad – Hoc.

El Prof. Jean Dausset participó en el 3er Congreso Latinoamericano de Trasplantes que se realizó en Montevideo en 1985.

Dijimos entonces: “Sin perjuicio de la organización futura, que inevitablemente habrá que crear, urge ahora, buscar una solución que permita actuar en lo inmediato; proponemos que la Seccional Nefrológica de la Sociedad Uruguaya de Urología y Nefrología, asuma la representación de la especialidad”; y sugerimos como tareas:

a) Normatizar la asistencia de los pacientes con IRCT.

b) Propender a la mejoría de la calidad de dicha asistencia.

c) Realizar reuniones científicas periódicas.

d) Defender los aspectos laborales de los nefrólogos.

e) Mantener vigilancia de los aspectos éticos de la práctica.

f) Representar a la Nefrología Uruguaya a nivel nacional e internacional.
Transcurrieron, sin embargo, casi 2 años, hasta que el 23 de diciembre de 1982, fundamos la Sociedad Uruguaya Nefrología (SUN) como sociedad científica independiente. El acto se realizó en el INU y fue precedido de muchas reuniones preparatorias en el 2º semestre de ese año, en las que se procesó una separación, en adecuada armonía, de la Sociedad de Urología, y de 2 reuniones previas inmediatas, el 15 y el 20 de diciembre de 1982.

Una explicación posible para ese lapso de casi 24 meses entre ambos acontecimientos, es que fue un período de intenso trabajo de creación de centros de hemodiálisis, con sus problemas organizativos, de equipamiento y de locación, debido al enorme impacto producido por la puesta en marcha de la ley 14897, trabajo asumido por un grupo reducido de médicos y de enfermeras. El compartido apoyo de enfermería fue fundamental; destaco la labor de la EU Marta Perrone, prematuramente fallecida. Esa compleja y altamente exigente realidad asistencial, consumió, en esos años, todas las energías del grupo, y es probable que recién en el 2º semestre de 1982, hayamos encontrado tiempo para abordar el tema de la organización científica.

Al separarnos de la Sociedad de Urología, se destacó la alta significación y utilidad de esa unión, que duró 15 años, y el agradecimiento a la generosidad de los urólogos uruguayos, reconociendo todos, la necesidad de independizarse a esa altura de los acontecimientos.

Cabe señalar, además, que la década de los 80, desde sus inicios, fue muy proficua en cuanto a los vínculos con la nefrología francesa, en base a un convenio entre la Embajada francesa y la Facultad de Medicina (Centro de Nefrología).Varios jóvenes nefrólogos uruguayos pudieron concurrir a perfeccionarse en el Hospital Necker y, además, vinieron a Montevideo a dirigir varias jornadas de trabajo, el Prof. Henri Kreis (1981) y el Prof. Tillman Drüeke (1982). Ambos Profesores reiteraron sus visitas en los años siguientes y concurrieron a Congresos Uruguayos y al Latinoamericano de Trasplante (1985), contribuyendo con sus aportes científicos y éticos, al mejor y más rápido desarrollo de nuestra nefrología
D) La Fundación
En el contexto histórico antes descrito, la fundación de una Sociedad Uruguaya de Nefrología, aparece como un hecho lógico e inevitable, y así ocurrió el 23/12/1982. Sin embargo, debo señalar que dicha fundación fue vista, en su inicio, con un alto grado de escepticismo por parte de algunos nefrólogos, que, a pesar de ello, acompañaron la decisión de la mayoría.
En los estatutos se lee (Acta N° 1) que:
“En Montevideo, el veintitrés de diciembre de mil novecientos ochenta y dos, se reúnen las personas abajo firmantes, bajo la Presidencia del Profesor Doctor Dante Petruccelli, actuando en Secretaría la Doctora Teresita Llopart de Leal, quienes deciden fundar una asociación civil que se denominará Sociedad Uruguaya de Nefrología y cuyos estatutos, que por unanimidad aprueban, serán los siguientes: Capítulo I. Constitución .- Artículo 1°.- (Denominación y domicilio). Con la denominación de “Sociedad Uruguaya de Nefrología” se constituye una asociación civil que se regirá por los presentes Estatutos y por las leyes y reglamentaciones aplicables, cuya sede se fijará en la ciudad de Montevideo.- Artículo 2°.- (Objeto Social). La “Sociedad Uruguaya de Nefrología” tendrá los siguientes fines:

a) Propender al progreso y divulgación de la Nefrología, entendiéndose por esta a la disciplina que se ocupa de las enfermedades médicas del aparato urinario;
b) Estimular el espíritu de unidad y solidaridad profesional, facilitando la vinculación entre sus asociados;
c) Fomentar el estudio y la investigación en la disciplina de Nefrología;
d) Colaborar en la solución de los problemas asistenciales y sociales relacionados con la disciplina;
e) Organizar periódicamente sesiones científicas, jornadas, congresos;
f) Vincular la sociedad de Nefrología con otras asociaciones científicas del Uruguay, organizaciones similares de otros países e integrar la sociedad a organismos afines a nivel regional y mundial;
g) Buscar los medios para facilitar la publicación de la producción científica de los asociados;
h) Velar por el correcto ejercicio de la especialidad en todos sus aspectos;
i) Considerar y defender los diversos aspectos relacionados con los intereses profesionales de sus asociados o de la especialidad.

Recordamos el generoso apoyo profesional de los Escribanos William Awin y Edelma de Armas de Awin para la redacción de los estatutos y la obtención de la personería jurídica.

El acto de fundación se cumplió en el INU, en horas de la tarde. Se nombró la primera Comisión Directiva, que estuvo integrada así:

Presidente: Doctor Dante Petruccelli
Vice – Presidente: Doctora Laura Rodríguez Juanicó
Secretaria: Doctora Teresita Llopart de Leal
Secretario de Actas: Doctor Pablo Ambrosoni y
Tesorero: Doctor Alberto Sandler.
Suplentes preferenciales: Doctores: Emma Schwedt, Jorge Cerdá y Hena Caorsi.
Comisión Fiscal: Profesor Doctor José Ventura, Doctora Ana Varela de Sandler y Doctor Francisco González Martínez.
En la primera reunión, se nombró al Dr. Nelson Mazzuchi, delegado ante la Sociedad Latinoamericana de Nefrología y se decidió hacer la primera Reunión Científica el 15/3/1983. En esta 1ª. Reunión Científica, se presentaron varios trabajos y se recibió al Profesor Dr. Rodrigo Urizar, catedrático de Nefrología Pediátrica de la Universidad de Albany, Estado de Nueva York, quien, al final de la reunión, fue nombrado Miembro Correspondiente Extranjero.
En los primeros 2 años de vida de la Sociedad, actúe acompañado de destacados colaboradores. Cabe señalar que se cumplieron las reuniones científicas y se nombraron además los siguientes socios honorarios:
Prof. Dr. Jorge E. Rodo del Instituto de Ciencias Médicas del Hospital Tornú de Buenos Aires, Argentina, por sus destacados aportes a la Nefrología argentina y latinoamericana, en especial en el área de trasplantes, y por su permanente, valiosísimo y fraterno apoyo al desarrollo de la nefrología uruguaya.
Prof. Dr. Adrián Fernández, por su esfuerzo docente y asistencial y su liderazgo en el área de la hemodiálisis y de la diálisis peritoneal.
Prof. Dr. Washington Vignolo, por impulsar la creación del Centro de Nefrología y la aprobación de los cursos de postgrados.

Además se realizaron dos reuniones, de alta significación en esta etapa naciente de la Sociedad Uruguaya de Nefrología:
1983: 1° Coloquio Rioplatense de Nefrología
Sociedad Uruguaya de Nefrología y Sociedad Argentina de Nefrología
Club de Golf – Montevideo
Tema: Hemodiálisis Crónica en Pacientes de Alto Riesgo
1984:1ª. Jornadas Uruguayas de Nefrología y 1ª. Jornada de Enfermería Nefrológica
Homenaje al Prof. Luis A. Campalans
Instituto Italiano de Cultura – Montevideo
Tema: Tratamiento de la Insuficiencia Renal Crónica por Diálisis y Trasplante.
E) Desarrollo Ulterior

A partir de 1984, la Sociedad ha sido dirigida por sucesivas Comisiones Directivas, se ha desarrollado de manera importante y ha cumplido tareas de alta responsabilidad. Todo justifica plenamente, el esfuerzo de su creación. Es con gran satisfacción, que destaco la labor desempeñada por todas las Comisiones Directivas, las que han llevado a la SUN a una posición de destaque y de respeto, en el ambiente científico nacional e internacional.

La sociedad ha cumplido sus reuniones científicas habituales, se ha mantenido siempre abierta al intercambio de conocimientos con otras sociedades científicas uruguayas y regionales, con las que analiza los múltiples problemas compartidos, en jornadas y congresos. Ha organizado Congresos Uruguayos de alto nivel, que han posibilitado la presentación de los trabajos científicos nacionales y la presencia de destacadísimos representantes de la nefrología regional y mundial, estrechando más los lazos ya existentes con la Sociedad Argentina de Nefrología y con la Sociedad Brasileña de Nefrología, y, en general, con la Nefrología Latinoamericana. Esto le ha ganado el respeto de la medicina nacional e internacional.

Se han publicado trabajos en revistas internacionales, pero, quizás lo más destacable, es el haber iniciado y desarrollado en nuestro país el Registro de Diálisis Crónica y por extensión, luego, con la Sociedad Uruguaya de Trasplantes de Órganos y Tejidos (##), el Registro de Trasplantes y luego el Registro del Tratamiento de la Insuficiencia Renal Crónica, que ha sido un modelo para América Latina; dichos registros resultan del trabajo conjunto de la SUN, con el Centro de Nefrología del Hospital de Clínicas, con la Sociedad Uruguaya de Trasplantes de Organos y Tejidos y con el FNR, este último como organismo coordinador – regulador, de la economía del sistema.

## La Sociedad Uruguaya de Trasplantes de Órganos y Tejidos se fundó el 8 de Mayo de 1986 en una reunión realizada en el local del SMU. Su primer Presidente fue la Dra. Laura Rodríguez Juanicó. En Abril de 1981 hubo un primer intento, no exitoso, de formación de esta sociedad.

El valor de este Registro ha sido reconocido a nivel regional e internacional, por lo cual la SUN ha centralizado el Registro Latinoamericano de estas actividades, un logro de alta significación.
Luego de varios años de haberme retirado del trabajo en Nefrología, quiero, para terminar, hacer dos puntualizaciones:

En primer lugar, una referencia a las nuevas responsabilidades de la SUN, en el campo del Desarrollo Profesional Médico Continuo (DPMC). La Escuela de Graduados de la Facultad de Medicina (EG – FM), ha hecho una serie de propuestas para la creación de un “Sistema Nacional para el
Desarrollo Profesional Médico Continuo”, con responsabilidades asumidas por distintas instituciones, es decir, como un área de responsabilidades compartidas, fundamentalmente por las sociedades científicas, los gremios, el Ministerio de Salud Pública, la EG – FM y las organizaciones (servicios) asistenciales. Se pretende que las actividades de “aprendizaje a lo largo de toda la vida”, puedan ser evaluadas y acreditadas, y sean universales y de fácil acceso, de tal modo que todo el cuerpo médico nacional, pueda tener instancias de formación evaluables, para asegurar, en lo posible, el mejor desempeño del médico, integrado en el equipo de salud. En este tema, se ha avanzado hasta llegar, en el 2001, a la acreditación voluntaria, por parte de la EG – FM, de las instituciones que trabajan en esta área (DPMC) y, pretende acreditar sus actividades específicas, a partir de este año 2002.
Las sociedades científicas, deberían tener un destacado papel, en este sistema; en los hechos, junto con las cátedras de la Facultad de Medicina, sustentan desde hace décadas, un número muy grande de actividades de DPMC, pero estas deberán perfeccionarse y actualizarse en aspectos metodológicos y otros, para ser evaluables, de acuerdo a las normas internacionales establecidas en los últimos 3 ó 4 lustros.

Creo por lo tanto que, en este momento, y cumpliendo precisamente con sus estatutos, la SUN debería abordar cambios, no menores, en la forma de encarar sus actividades docentes en el “universo nefrológico” uruguayo. No me caben dudas de que sobran condiciones y experiencia como para promover estos cambios, en forma independiente o asociada con otras sociedades científicas y con el sector docente universitario;

En segundo lugar, mi agradecimiento a las Autoridades actuales de la Sociedad Uruguaya de Nefrología, en particular a su Presidente, Dr. Juan Fernández Cean y a la Dra. Liliana Gadola, que me invitaron a escribir estas líneas, en un momento sin duda muy importante y digno de destaque, como es la creación de la página WEB de esta sociedad; ello me ha permitido reencontrarme con una serie de documentos y de recuerdos, que son muy valiosos para mí, y hago votos para que la tarea de esta Comisión Directiva y, en general, el futuro de la Sociedad Uruguaya de Nefrología, continúe el nivel de excelencia que ha tenido hasta ahora.

Montevideo, Julio de 2002.

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